Expedicionistas llegan a lo más profundo de la Isla del Coco
¿Qué tesoros oculta la Isla del Coco? ¿Realmente hay un botín en sus profundidades? Muchas son las historias y leyendas en torno a este diamante natural. Para quienes la visitan, la respuesta es inmediata al contemplarla, no hay necesidad de poner un pie en tierra firme, para descubrir que la isla y sus especies son los grandes tesoros.
Para llegar a ella, es necesario navegar día y medio, un recorrido de 532 kilómetros saliendo de Puntarenas, el cual, es suficientes para prepararse al encuentro con una de las maravillas naturales que enorgullece a los costarricenses. Y aunque no todos la conocen, saben que es vital para la conservación de la biodiversidad marina.
Durante 9 días, 24 tripulante del Okeanos II, vivieron la experiencia de su vida. La expedición organizada por Amigos Isla del Coco (FAICO), generó un antes y un después en los asistentes. Ellos narraron su experiencia como un sueño, una oportunidad de reencontrarse con la madre tierra.
Recorrer la Isla con más de 200 cataratas, observar la fauna y adentrarse a lo más profundo del océano les permitió recapacitar en la necesidad de cuidar este tesoro.
A Cristiana Figueres, el mundo la conoce como una líder en temas de Cambio Climático, pero pocos saben que desde hace 20 años soñaba con viajar y conocer la Isla del Coco. Su deseo se cumplió y en compañía de su hija tuvo la posibilidad de bucear, y de reafirmar la importancia de seguir trabajando por el planeta.
Con lágrimas en su rostro, Figueres recalcó, “Costa Rica se mide con la tradición, con el poder que tenemos de ser modelo, por ejemplo, con la protección de la biodiversidad. Tengo 20 años con ganas de conocer la Isla del Coco, pero he estado un poco ocupada. Este viaje ha sido espectacular, poder cumplir un sueño, poder ver los tiburones martillo, ha sido una experiencia muy bella.”
Otra de las expedicionistas, que también aseguró estar viviendo una experiencia inigualable, fue Mónica Araya, Líder de Transporte en Climate Champions, quien describió la visita al Parque Nación Isla del Coco como un “amor azul, se siente una conexión indescriptible, con la belleza, con la naturaleza. Además, se le desata a uno un amor por las personas asociadas a la Isla. Al final estando acá, uno se da cuenta que, si quiere activar ese sentimiento con la gente, hay que tener más experiencias con lo azul, con la isla. El efecto que tiene estar con los tiburones, nadar con ellos en armonía, eso es único”.
Con 25 años de experiencia, Gina Cuza, quien es la actual Directora Regional del Área de Conservación Marina Cocos, se encarga de coordinar y gestionar los procesos de desarrollo sostenible del Parque Nacional Isla del Coco. Ella da una pincelada de por qué esta zona es tan importante, y lo primero que hace es describirla como un pulmón Marino. Pero, además, nos recuerda que es especial porque “nos hace inmensamente grandes, tiene un recurso Marino invaluable. Es singular, única, alberga especies que no podemos encontrar en otra parte del planeta”.
Las historias que se han escrito, a través de cada visitante al Parque Nacional Isla del Coco, concuerdan en que es una experiencia de vida, donde se puede observar la fragilidad del ser humano. Y nos hace reflexionar acerca de lo pequeños y afortunados que somos, de tener como hogar este llamado planeta tierra.